En todos mis años de casada nunca le fui infiel a mi marido. En mis horas sola en casa empecé a entrar en los chat, y casi sin darme cuenta empecé a chatear todos los días con la misma persona, hasta llegar a coger con él una confianza enorme, la confianza que da el anonimato, el saber que digas lo que digas o hagas lo que hagas, no lo haces tú sino el personaje que te has montado, muchas veces más real que la personalidad que enseñamos al mundo.
-Laura, ¿te das cuenta de que ya llevamos ya casi un año haciendo cyber casi dos o tres veces por semana? Ya sabemos todas las intimidades el uno del otro. A mí me excita saber lo más oscuro de ti, conocer todos los rincones de tu cuerpo. Sé cosas de ti que no sabe ni tu marido. Te conozco mejor que nadie en el mundo.
-A mí también me excita todo lo que hemos hecho, Joaquín. Ya me parece que conozco mucho mejor tu juguete que el de mi marido, y por cierto, jajaja el tuyo me gusta mucho más. Me gusta más masturbarme con tus fantasías, con tus ideas, con tus cosas, que con mis propias fantasías. Aún recuerdo la primera vez que vimos nuestros cuerpos por la cam.
-Laura jamás habría imaginado que pudiese excitarme tanto esto del cibersexo. Me pones a mil cada vez que me obedeces, que te metes las cosas que yo te digo, y eso que he sido muy burro pidiéndote porque pensaba que no te atreverías. ¿No crees que ya es hora que nos veamos las caras?
-¡Joder, Joaquín, estoy casada! Tú, soltero, aun vives con tus padres, tú lo tienes fácil. Para mí es muy difícil dar ese paso, ¿lo entiendes? Además otra pega, yo soy de Valladolid y tú de Asturias, estamos lejos para quedar sin levantar sospechas, no nos daría tiempo.
-Pues quedemos en León, nos queda en a los dos a mitad de camino, nos viene bien a los dos. Esta misma semana, no puedo esperar más.
- Sí, a mí León me viene bien. Pero me da corte Joaquín, estoy rellenita y soy muy tímida. Una cosa es el cyber, pero esto del real…pero creo que sí, que ya es hora de dejarse de fantasías y hacer algo real. Te deseo.
- ¿A qué estarías dispuesta Laura?
No lo sé, a lo que tú quieras, decide tú. Son precisamente tus fantasías las que más me excitan. O mira, como me decías una vez en el chat, lleva una lista de seis fantasías que podamos realizar, numeradas del 1 al 6. Yo tiraré un dado y haremos la fantasía del número que saque. Prometo aceptarlo todito, todo. Sin límites. Sea lo que sea, por fuerte que sea lo que me pides, lo aceptaré.
- Pero vamos a vernos las caras antes, por favor
- Que no Joaquín, que me da mucha vergüenza. Nos veremos pasado mañana, en León, en la cafetería la Rúa, en la calle Ancha. A las 5 de la tarde. Llevare unos vaqueros, una camisa azulona y una chaqueta vaquera. Tu Joaquín vete en chándal, será más divertido.
- Cabrona… ¿¿¿y si se me pone dura… que sé que se me va a poner…???? Con el chándal todos lo van a notar, qué puta eres.
Al día siguiente a las 5 y vestida de la forma acordada entré en la cafetería. Allí estaba él, sentado en la barra, imposible equivocarse, era el único que estaba en chándal. Me lo imaginé algo acojonado, al fín iba a conocer a Laura, después de un año de relación, más sexual que otra cosa. Sé que me desea, que va a ver por fin, a la mujer que mas veces ha visto correrse en su vida, sé que estará ansioso por saber si soy guapa...
Me siento a su lado y no puedo reprimir un grito:
- Diossssss, ¿tú eres Joaquín?
El se vuelve hacia mí, sorprendido:
- ¿Y tu Laura?
Los dos nos quedamos callados. Al cabo de un silencio interminable, él lo rompe:
- ¡Que vergüenza dios, qué hemos hecho, no se lo habrás contado a nadie! ¿Esto es incesto, o como se llama entre hermanos? Tú vives en León, ¿no decías que eras de Valladolid?
- Y tu ¿no decías que eras de Asturias, mentiroso, y vives al lado de mi casa, con nuestros padres? ¡Qué vergüenza, Dios mío, qué vergüenza si alguien se enterase!
¿ Y AHORA QUE?