Samstag, 18 Februar 2012 @ 12:27
Nos levantamos del café y aproveché para mirarte el culo, un culo apretado por la falda, un culo en tensión que iniciaba aquellas piernas que aspiraban a ser mi perdición. Me gusta mirarte los muslos, pararme a ver tus piernas enfundadas en esas medias que me vuelven loco y excitarme con esos zapatos de tacón que excitan más aun tu cuerpo. Fuimos paseando hasta el restaurante y aunque manteníamos una conversación mis pensamientos no tenían otra razón de ser que las ganas que tenía de follarte. Así llegamos al restaurante. Nos sentamos e intenté volver a agacharme por debajo de la mesa para ver tu coño negro a través de las bragas, pero me lo impediste. Esta vez fuiste tú quien te descalzaste y suavemente me rozaste la polla a través del pantalón. Estaba tan excitado que si hubieras seguido me hubiera corrido allí mismo. Pero en ese momento en que todo parecía inevitable te levantaste para ir al aseo. La cena transcurrió entre insinuaciones y tu exhibiéndote sutilmente. Tus tetas estaban deseosas de salir de aquella blusa entreabierta, tus pezones apuntaban directamente a mis labios. De repente me dijiste que extendiera mi mano sobre la mesa, tú pusiste algo sobre mi mano y te apresuraste a cerrarla. La puse sobre mi regazo y entonces miré lo que tenía en mi ella. ¡¡¡Eran tus bragas ¡¡¡ Las acerqué a mis labios, las olí disimuladamente, me empapé del flujo húmedo que todavía albergaban. Mi excitación era enorme. Estaba deseoso de irnos a mi casa para follarte una y otra vez. Y así fue, pedí la cuenta, te agarré del brazo y con rapidez nos dirigimos al coche. Tú sabías el por qué de mi comportamiento y tu sonrisa pícara te delataba. Te encantaba excitarme y provocar mi deseo. Alle Teilnehmer sind mindestens 18 Jahre alt.