El verano no vino con medias tintas, se ha presentado con toda su temperatura, que sumada a la humedad, provoca escozor.
La carretera esta hirviendo, el transito es fluido, pero parece que tendremos una tormenta de verano a pocos kilómetros, los nubarrones negros así lo predicen.
Viajamos con Lorena, mi cuñada, hacia la costa, donde nos esperan para pasar una quincena, su marido Carlos, y mi mujercita Silvana. El viajo antes, para tener la casita lista y ella ha ido directamente en un vuelo para aprovechar el fin de semana.
Lorena esta empecinada en buscar en la radio del auto, su música preferida, que por suerte, es de mi agrado también. Cuando la encuentra canta y se menea con mucho swing, y sus hermosas piernas aparecen debajo de su corta pollerita, haciendo más placentero el panorama de mi viaje. Tiene los senos algo más grandes que Silvana, que es más flaca y estilizada, pero que bien que esta potra que tengo por cuñadita.
Wauuu, se largó el diluvio, que manera de llover….. A si que bajaremos la velocidad, aumentando la precaución…..aunque por momentos la cortina de agua no deja ver nada.
Que ya llevamos casi la mitad de los 1200 kilómetros que nos separan del balneario, y así demoraremos mas de la cuenta…..pero que pasa….. Caramba, parece que no entran bien los cambios, así que pararé en la próxima estación de servicio o poblado.
Ya, ya… si, ya se que hoy es feriado…. Pero alguien puede reparar esta maldita caja de cambios…. Noooo. Pues NO, hasta mañana no hay posibilidades.
Ahora no llueve, pero el calor húmedo no deja margen ni siquiera para pensar, mientras buscamos refugio en algún hotel, o posada…. Que en este pueblito no podremos más que aceptar la pieza en el motel de la ruta.
La noche se nos vino encima….. Y mientras Lorena se fue a dar una ducha sonriente, me tire en la única cama libre del pueblo, para estirar mis piernas.
Lorena golpeo varias veces la puerta del baño, que al parecer tiene sus propias reglas y no quiere permanecer cerrada…pero parece que cedió ante la insistencia de la bella dama.
El ruido a la ducha, se intensifica, porque finalmente la puerta se impone, se abre de nuevo….. Y como esta tapizada con un espejo del lado interior, me regala un precioso momento, permitiéndome ver a la escultural Lorena disfrutando de una jabonosa sección de masajes autoaplicados con gran maestría.